Cuando el barco comienza a deslizarse
el muelle ya no cuenta en el diseño
las despedidas son casi irreales
los pañuelos se pierden en el tiempo
empiezo a estar lejano / la distancia
sale a buscar un horizonte nuevo
adelante no hay nada / mar inmóvil
mar de grises / mar sordo / mar de vientos
tanta rutina líquida me ofrece
un invisible trueque de silencios
la distancia se achica o se agiganta
pero la nada me provoca vértigo
en el ojo de buey claman las olas
es el momento mágico del miedo
nadie reza ni canta / nadie sabe
qué primicias vendrán con el aguero
mi arrugadísima clarividencia
me revela que en un puerto extranjero
habrá una piña de desconocidos
esperando a otra piña de viajeros
pero en el interludio las ausencias
avivan la distancia y el invierno
con suerte y con amores he aprendido
a seguir devanándome los sesos
el blues de la distancia llega y parte
me deja dos baladas y un deseo
qué bueno si volviera preocupado
y se quedara cerca por decreto
M. B.
Una vez más este blues de la distancia
que no entiende de ausencias
ni de espacios, ni de tiempos
me empuja por la fuerza de los vientos
sin mapas y sin miedos
y este invisible trueque de silencios...
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