Dejar fluir es permitir que sucedan los acontecimientos tal y como se presentan, sin forzarlos. Muchas veces nuestras preocupaciones por el futuro y los pesados lazos con el pasado nos impiden saborear el presente en su totalidad.
Se trata del arte de aprender a aceptar lo que pasa en nuestro alrededor. Pero sobretodo en nuestro interior, sin planificarlo.
Hay cosas por las que no podemos luchar y aún así, dedicamos muchísimo tiempo en diseñar y organizar nuestros deseos y expectativas para que pasen exactamente como queremos. Olvidamos disfrutar del proceso y esta lucha continua puede dejarnos sin energía ni aliento. Sin embargo, abrazar la sorpresa y los miedos que nos impiden seguir creciendo facilitará nuestro equilibrio.
Dejar fluir permite ser conscientes que no todo depende de uno mismo. No todo está bajo control.
Acá estoy una vez más, abriéndome a lo inesperado, permitiéndome improvisar...
Menorca, España
Julio 2019
